GENERANDO MÁS DIVISIÓN Y VIOLENCIA i

La nueva forma de generar separación y violencia⇒ EL FEMINISMOY SU CONTRAPARTIDA

REQUIEM PARA EL PIROPO ARGENTINO

Querido piropo argentino, conociendo tus raíces españolas que se cantaban en las zarzuelas de la compañía que visitaba Buenos Aires en verano y representaba en el teatro Avenida (Ramón Contreras ¿no?); conociendo esas raíces no me atrevo a tratarte de vos.
Recientemente supe que has sido desplazado en nuestra degradada cultura chabacana por la mera procacidad. No debí extrañarme, años de programas televisivos que presentan modelos de rusticidad; políticos corruptos que lejos de trabajar para la república trabajan para sí mismos_ en vez de ofrecer a los ciudadanos estudio y trabajo ofrecen bolsas de comida, planes sociales, prebendas, y dan el ejemplo usando los conventos como cajas fuertes para guardar lo que debería estar en el Banco Centralde la Repúblia Argentina.
El argentino de a pie parece haber perdido la imaginación y la poesía necesarios para embellecer su diario trajín y el de las mujeres que se le cruzan por el camino en la calle.
NO SALGAS DE NOCHE QUE SE PAPAGAN LAS ESTRELLAS.
¿DE QUÉ JARDÍN TE ESCAPASTE?
No, ya no son capaces de esas lisonjas, ahora sólo ven y elogian las siliconas estratégicamente distribuidas por los cirujanos PLÁSTICOS.
Tu presencia marcaba diferencias entre las chicas del interior y las porteñas. Los muchachos que sabían apelar a tus encantos, piropo, se quejaban de que las porteñas eran altaneras. Sí, nosotras te recibíamos con expresión adusta y en silencio, recién de lejos esbozábamos una sonrisa bien oculta. Las chicas de las provincias parece que sonreían visiblemente.
Te imagino escondiéndote detrás de tus hermanas, las relaciones que los gauchos argentinos desgranan a la hora de bailar danzas típicas con sus chinas, supongo que sabes que has caído en desgracia al punto de proyectar tu prohibición por ley, poético piropo.
No me queda más que lamentarme por mis sobrinos que no podrán usar su imaginación las tardes de domingo y por mi nieta que nunca sabrá lo que es sentirse halagada sin sentirse agraviada.
Liliana Pergola